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La historia no le hace justicia a la centenaria casa Barnuevo, la primera villa levantada en Santiago de la Ribera y, por tanto, primera piedra de la localidad alrededor de 1905. La apertura del anunciado bar en los jardines de la finca, situada frente al Mar Menor, no ha podido ser más fugaz. El Ayuntamiento ha ordenado el cierre del negocio hasta que los promotores tramiten las correspondientes autorizaciones de obra y de funcionamiento, que serán más complejas de lo habitual en cualquier otro establecimiento de hostelería, debido a que se trata de un edificio declarado Bien de Interés Cultural.
Construida en los primeros años del siglo XX por José María Barnuevo y Teresa Sandoval, esta finca situada en primera línea de playa se erige como un símbolo de la identidad de Santiago de la Ribera. Su mirador de madera y su terraza con solárium, junto a los jardines que albergan árboles longevos, la convierten en un referente histórico, pese al aparente descuido de sus exteriores.
Tras sus lejanos años de esplendor, la casona se sumió en el abandono y hasta se temió por la seguridad del edificio de dos plantas. Los herederos de la familia Barnuevo alquilaron una parte de la finca al promotor de rutas turísticas en embarcaciones históricas, Antonio Lorente, que impulsó la rehabilitación de la planta superior, parte del jardín y las dependencias anexas al fondo de la parcela. En este espacio exterior, se comenzó a instalar una barra con la intención de ofrecer un bar a los usuarios de sus travesías, una actividad que finalmente no se consolidó como establecimiento hostelero formal.
Para evitar su deterioro y el riesgo de ruina, el Ayuntamiento ofreció un millón de euros por la finca a los propietarios, que desestimaron la oferta. Se esfumaba la idea de crear un espacio público cultural entre las paredes históricas que vieron crecer el pueblo.
Un cartel reciente anunciaba la apertura de 'La Casa Grande' como restaurante 'beach club' y espacio para eventos, incluyendo la imagen de una marca de cervezas. La publicación de fotografías del bar en redes sociales activó las alarmas en el Ayuntamiento, que no había emitido la licencia de funcionamiento necesaria. Tampoco existía aún dictamen de la Comunidad Autónoma sobre la viabilidad de abrir un bar en la finca protegida. «Al ser un Bien de Interés Cultural, interviene la Dirección General de Patrimonio Cultural», explicó el concejal de Urbanismo, Antonio Martínez.
El Ayuntamiento tramita actualmente dos solicitudes de licencia. Una es para obras de restauración de elementos exteriores (muro, balaustrada, accesos, cenador, jardín, iluminación y almacén) y cuenta con un presupuesto de 24.057,24 euros. La otra es para una cafetería heladería en el exterior sin música. Este proyecto descarta, por el momento, la creación de un restaurante en el interior de la villa.
El concejal de Urbanismo aclara que «es un lugar emblemático de La Ribera y sólo cabe un proyecto de calidad que sume a la oferta gastronómica local». Martínez asegura que «así se lo ha comunicado el alcalde a los promotores». Dado el valor histórico y cultural que tiene la casa Barnuevo para la localidad, el edil explica que el Ayuntamiento «estará muy atento a lo que vayan presentando».
El Consistorio realizará una inspección previa a cualquier apertura. Martínez recordó que «es posible abrir un restaurante en un BIC, pero con unas condiciones muy ajustadas», y cita como ejemplo la recuperación de la Casa del Reloj en San Pedro del Pinatar gracias a la inversión hostelera que hace años permitió reabrir el edificio modernista al público.
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