

Secciones
Servicios
Destacamos
Su voz denota en la entrevista esa misma sensibilidad que lleva defendiendo desde el primero de sus días como artista. Y, con toda probabilidad, desde ... antes. La forma con la que María José Llergo habla de lo que pasa y cura, de lo que duele e inspira, de lo que desaparece y se hace espejismo, bruma, corsé desatado y garganta a flor de piel es hipnótica en su calidez, fuerte sin perder la sonrisa, calmada como solamente sabe serlo la seguridad, inquieta y pizpireta, firme como las raíces de su canción y fascinante como las composiciones que brotan de sus dos trabajos discográficos, unos sensacionales 'Sanación' y 'Ultrabelleza' a los que ha dado continuidad con 'Bien de amores', tema que, más allá de establecer puentes, es una notable demostración de coherencia artística. Y de desnudez emocional. Como su repertorio y la manera en la que lo comparte en el escenario, Llergo ha vuelto con una canción que es de verdad por dentro y por fuera y se erige como un canto de orgullo al corazón roto como paso inicial de todo lo que espera a la vuelta del horizonte. Estupenda incorporación a una trayectoria tan breve como deslumbrante que la cordobesa repasará hoy en el Teatro Circo de Murcia. Hablamos con ella.
Cuándo Viernes a las 20.00 horas.
Dónde Teatro Circo. Murcia.
Cuánto 25 € / 28 € / 32 €.
–Hace cuatro años, en La Mar de Músicas, recibió el primer premio Paco Martín correspondiente a artista revelación de las músicas globales. ¿Cómo recuerda aquel momento?
–Fue maravilloso. Acabábamos de salir de la pandemia y fue un subidón tremendo que me otorgaran ese honor. Recuerdo que me lo pasé tan bien en ese concierto...
–Regresó al festival en 2024 con 'Ultrabelleza' y, en un momento clave de su actuación, recuerdo que se acercó hasta una persona del público y le cantó una estrofa de '¡Ay pena, penita, pena!'. ¿Cómo vive esa conexión tan directa y brutal con quienes asisten a sus conciertos?
–Es lo más bonito que tiene la música. Es la guindita a todo el trabajo de estudio y carretera. Poder estar en el escenario y ver la manera en la que se emocionan las personas cuando me escuchan y tener la oportunidad de transmitirles cositas buenas que se quedan para siempre en su memoria y a las que se pueden aferrar en los momentos difíciles es lo más especial que tiene la música. Es un regalo que me escuchen con tanto corazón y poder darles yo el mío.
–En aquel concierto mostró una auténtica metamorfosis en relación con su primera visita. Redobló la apuesta por el espectáculo, el concepto y la puesta en escena. ¿De qué manera vivió esa transformación artística?
–Una metamorfosis no es fácil, pero siempre es bella. Era un camino hacia la libertad creativa. Quería jugar con la música para hacer que la experiencia de un concierto fuese para el público lo que es para mí: algo trascendental e inolvidable. Trataba de desinhibirme en el escenario y creo que lo he conseguido.
–Su último tema, 'Bien de amores', ha sido señalado como una vuelta a los orígenes más flamencos de su primer trabajo, pero a mí me parece que es una mezcla bastante coherente de aquel debut y los sonidos que abrazó en 'Ultrabelleza'. ¿Dónde lo ubica usted?
–Intento que todo lo que hago tenga coherencia, porque eso es lo más difícil de conservar cuando tienes tanta identidad. Es un equilibrio entre las raíces y las alas. Cante lo que cante se oye mi tierra por todas partes. Poder volar sin perder mi esencia es un requisito indispensable. Cuando siento que algo es de verdad os lo entrego, sino no. Por eso también tardo, porque sopeso mucho las decisiones y escucho con oídos nuevos cada canción.
–Volviendo al concepto de su primer álbum, ¿este tema ha funcionado como una sanación?
–Me costó aprender la lección, salir del mal de amores y decidir que lo que quiero en mi vida son bien de amores. Y me refiero tanto a lo romántico como a las relaciones con familia y amigos. Hay mucho amor en la amistad y es uno que perdura, que no caduca y no tiene condiciones. Es más sano y puro. Si me dan a elegir entre lo que caduca y lo perpetuo, me quedo con lo segundo.
–¿Qué impacto diría que ha tenido para su creatividad el descubrimiento de la relación consigo misma después de la ruptura que dio lugar a 'Bien de amores'?
–He descubierto que soy una mujer fuerte, valiente, independiente y libre. No estoy con nadie porque lo necesite. Estoy con quien quiero estar en cada momento y punto. Creo que esa es la base auténtica del amor. Es un aprendizaje muy positivo, también para el trabajo. La vida es más fácil de lo que nos han hecho creer. Una ruptura, para mí, es un acierto y no un fracaso. Es muy sano saber decir que no a lo que te daña, pero a muchas personas les cuesta porque no estamos educados en eso. Nos han enseñado a aguantar una relación mediocre, aunque nos haga daño, porque hay que luchar por ella. Eso, para mí, no tiene sentido.
–Siempre ha confesado que lucha por un mundo más sensible. ¿Qué papel juega la música de cara a cumplir ese objetivo?
–La música altera nuestro estado de ánimo. Nos toca sin ni siquiera verla. Puedes cerrar los ojos, pero no los oídos. Una canción llega a tu vida en un momento en el que ni siquiera tú lo eliges y te hace ver las cosas desde una perspectiva más bella. La música es mi espada de fuego en la conquista para que el mundo sea más sensible. Siendo más sensibles somos más fuertes.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.